lunes, 18 de febrero de 2013

Victorias pírricas (I)

Pirro, rey de Epiro (318-272 a.C.)
Una victoria pírrica es aquella en la que el bando vencedor logra la victoria con gran número de bajas o con gran número de pérdidas. Este tipo de victorias puede, incluso, llegar a ser perjudicial para el vencedor. Dicho de otro modo, el bando vencedor, tras este tipo de batallas, no podrá combatir (normalmente) hasta pasado un tiempo, tiempo más que necesario para curar a los heridos y conseguir nuevos soldados / material. 

El nombre proviene de la Batalla de Heraclea, en julio del 280 a.C., en la cual se enfrentaron la República de Roma y el Reino de Epiro. Los griegos lograron la victoria, pero para ello sufrieron grandes pérdidas. Entre 25.000 y 35.000 soldados dirigidos por Pirro de Epiro comenzaron la batalla (junto a 20 elefantes de guerra). Al final de la batalla, las pérdidas fueron de entre 4.000 y 13.000 (dependiendo de la fuente). Sea como fuere, Pirro de Epiro sufrió un número de bajas muy elevado para tratarse de una victoria. De ahí, de su nombre (Pirro) proviene la palabra 'pírrico', en referencia a la Batalla de Heraclea. Como curiosidad, Pirro dijo: "Otra victoria como esta, y tendré que volver sólo a Epiro".

Batalla de Malplaquet (11 de septiembre de 1709)

La Batalla de Malplaquet fue librada el 11 de septiembre de 1709 durante la Guerra de Sucesión Española. En esta batalla se enfrentaron la Alianza (Inglaterra, Holanda y Austria) y Francia. Los aliados contaban con 86.000 hombres y 100 cañones, mientras que las fuerzas francesas eran de unos 75.000 hombres y 80 cañones.

En cerca de siete horas de combate, la Alianza se hizo con la victoria, pero las pérdidas fueron terribles: 21.000 muertos y heridos. Los franceses, por su parte y aun siendo el bando perdedor, sufrieron 11.000 muertos y heridos, cifra considerablemente inferior a la de sus oponentes.

Esta victoria aliada se considera pírrica ya no solo por las altas bajas, sino porque esas pérdidas diezmaron tanto a la Alianza que tuvieron que dejar de guerrear.

Batalla de Bunker Hill (17 de junio de 1775)

La Batalla de Bunker Hill fue librada el 17 de junio de 1775, durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. En ella se enfrentaron, por un lado los británicos al mando del General de división William Howe y, por el otro las fuerzas revolucionarias al mando del General Israel Putnam. Las fuerzas británicas contaban con unos 2.600 soldados, y los revolucionarios eran cerca de 1.500.

Cerca de Boston, las fuerzas revolucionarioas se habian hecho fuertes en dos sitios: Breed y Bunker Hill. En estos dos lugares, los rebeldes se habían atrincherado a la espera de los hombres del general Howe. Los británicos bombardearon la zona y fueron directos a por los rebeldes, una vez colocada la bayoneta. Los americanos no estaban acostumbrados al combate cercano, así que, tras unos angustiosos momentos, cedieron.

La victoria, por tanto, fue para los británicos. Aun así, estos sufrieron terribles bajas: En total 1054 hombres resultaros muertos o heridos de consideración (226 muertos). Por si eso no fuese suficiente, del alto mando británico tan solo se salvó Howe. Por parte de los rebeldes, de los 1.500 hombres que habían entrado en combate, 140 perecieron, 271 resultaron heridos y 30 fueron capturados.

El General Howe, en referencia a las terribles pérdidas sufridas, parafraseó a Pirro: "Otra victoria así nos destruirá".

La segunda parte de esta entrada será publicada esta misma semana, y con ella daremos por terminadas las victorias pírricas más famosas.



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