Monumento creado por Felix de Weldon en honor a Richard Kirkland |
Durante la historia se han dado muchas situaciones en las
que hombres de diferentes bandos, aun siendo enemigos, se han ayudado con algún
fin. Esta es otra historia de este tipo.
En 1862, durante la Guerra de Secesión, la Unión preparó una
ofensiva que se denomina Batalla de Fredericksburg. En ella, la Unión pretendía
cruzar el rio Rappahannock a la altura de Fredericksburg e intentar atacar la
capital de los Confederados, Richmond. Para cuando la Unión logró cruzar el rio
(no sin gran esfuerzo) los Confederados ya habían fortificado la ciudad, y,
además tenían unidades en puntos estratégicos. La unidad del protagonista de
esta historia estaba en la base de una colina, parapetada tras un muro de
piedra.
Cuando comenzó el ataque de la Unión, los defensores los
repelieron causando numerosas bajas. Poco después, los unionistas pusieron pies
en polvorosa y dejaron a todos sus muertos y heridos en el campo de batalla. Los
confederados siguieron en sus posiciones por si recibían un contrataque, pero
no fue así.
Las horas siguientes estuvieron llenas de gritos de dolor.
Además, sumados al terrible sol de ese día, la escena era desoladora. Ante tal
situación, el sargento Richard Kirkland pidió permiso para dar agua a los
heridos y moribundos que seguían en el campo de batalla. En un principio el
permiso le fue denegado, pero ante la insistencia del sargento, sus superiores
le dieron permiso para ir, pero le dijeron que debía ir por su cuenta, y que,
además, no podría llevar la bandera blanca. Kirkland accedió.
Estatua en honor a Kirkland (de Weldon) |
Tras la batalla y su acción, llegó a ser conocido como el “Ángel
de Mary’s Heights”. El joven sargento murió el 20 de septiembre del año
siguiente en la batalla de Chickamauga, mientras él y otros dos soldados
intentaban volver a su unidad tras percatarse de que habían avanzado demasiado.
Kirkland fue alcanzado, y, antes de morir, como últimas palabras, dijo: “I'm done for... save yourselves and please
tell my pa I died right.”, algo así como “Salvaos vosotros, y decidle a mi padre que he muerto con rectitud”.
En 1965 construyeron un monumento de bronce en su honor, en
el que sale Kirkland dando agua a un herido. Hoy en día, dicha estatua está en
Fredericksburg.