En todas las guerras podemos
encontrar serias meteduras de pata, y la Gran Guerra no iba a ser una excepción.
En febrero de 1916, los alemanes
estaban preparados para comenzar una ofensiva en Verdún, lugar simbólico para
los franceses, pues había resultado inexpugnable durante la historia. El alto
mando alemán tenía previsto el comienzo de la batalla para el día 12 de febrero
de 1916, pero el mal tiempo retrasó el comienzo hasta el día 21. Tras sendos
bombardeos de artillería y asaltos por parte de las tropas germanas, en pocos
días el ejército alemán se encontró muy cerca de Verdún.
Fuerte Douaumont antes del ataque |
Alrededor de Verdún se podían
encontrar numerosas edificaciones defensivas. La más importante de ellas era el
Fuerte Douaumont, llamado “el más sólido y fuerte del mundo”. Este fuerte había
sido descuidado por los franceses, hasta el punto de que la guarnición era muy escasa,
pero seguía siendo un punto estratégico a la hora tanto de defender como de
atacar Verdún, y esto los alemanes lo sabían.
Por ello, el día 25 de febrero,
el 24º regimiento de Brandenburgo recibió la orden de acercarse al Fuerte. El
sargento Kunze lideraba una patrulla de diez hombres, la cual debía ayudar en
la avanzada, cortando alambres de espino y obstáculos por el estilo. En un momento
dado, Kunze se encontró muy cerca de Fuerte, por lo que ordenó a sus hombres la
inspección del mismo. Para entrar, el sargento ordenó hacer una pirámide humana,
y gracias a ella, él y dos de sus hombres lograron entrar por la tronera de uno
de los cañones.
Una vez dentro, los tres hombres
inspeccionaron el fuerte. Mientras recorrían los pasillos, se toparon con los
cuatro artilleros del cañón de 155mm. Los arrestaron y, de pronto, Kunze se
extravió junto con los prisioneros. Seguía caminando por el fuerte con los
cuatro franceses delante, cuando salieron a un patio. En ese momento, los
prisioneros lograron escapar y cuando el alemán fue a dispararles, se percató
de un barracón en el que se encontraban una veintena de franceses. Entró en la
habitación y arrestó a la veintena de franceses justo cuando un obús impactó en
el fuerte y se apagaron las luces de la habitación. En dicho momento y con un
valor extraordinario, cerró el barracón por fuera y siguió su camino por el
fuerte. Tras arrestar a otro defensor, se encontró en lo que era el comedor de
oficiales. Se sentó y disfrutó de su primera comida decente en días.
Fuerte Douaumont tras la reconquista francesa |
Esta fue la manera en la que cayó
el fuerte que se creía inexpugnable, sin dar un solo tiro. A finales de 1916, los franceses lo recuperaron, pero a un alto precio. Datos curiosos así hay a miles. Intentaré
traeros alguno más.